Llegar al poder es un esfuerzo cuesta arriba, algunos, con potencia y energías suficiente, lo realizan en menos tiempo que otros.
Lo que es precario es cómo se llega a la cima, si pasás de rosca, seguís de largo y del otro lado vas para abajo.
Según el resto que te quede, podras intentar de nuevo subir.
A la Carrió, por ejemplo, el apuro la hizo pasar de largo por la cima, se fue para el otro lado y desde entonces que intenta remontar, pero derrapa y derrapa sin poder llegar de nuevo.
Ahora, el tema es Moyano, que está midiendo sus propias fuerzas y también cuidando que no le pase lo que a tantos, pasar para el otro lado y ya no poder retomar.
Además de no poder retomar, está el asunto de los que vienen atrás, en el mismo proceso, la conquista de la cima, está plagada de competencia.
El que se pasa de rosca, además de retomar, tiene que enfrentar al que venía detrás que quizás le ocupó el sitio.
Moyano tiene un espacio en la conducción oficial, además de ser el conductor del eje del PJ bonaerense, y un número de afiliados que no es que sea impresionante, 200 mil, sino que cualquier movimiento al estilo emperador de Moyano, paraliza el transporte.
El dominio del Gremio transportistas es el cetro que Moyano enarbola permanentemente ante la administración de la presidenta.
Mientras la actuación de Moyano venía de bajo perfil, pero creciendo no extraña que en este momento está en un claro alarde, al mejor estilo gorila para indicar a los otros primates quién es el jefe, y entonces no es difícil encontrar la causa: los pedidos de la justicia Suiza, respecto a las causas judiciales de Moyano y su familia, un hombre que tiene mucho que explicar sobre sus bienes.
Lo triste no es que ante la sociedad tenga algo que explicar, la sociedad no es tonta, es secreto a voces todo lo referente al enriquecimiento deshonesto de los gremialistas, lo triste es que cada uno de los 200 mil afiliados, sueña con llegar a ese puesto, esa es la cima que aspiran: tener impunidad frente a ilícitos y contar con el enriquecimiento a costa de los otros 199 mil afiliados, usando como rehén al resto de la población, porque no sólo detienen el transporte, sino que no dejan que el resto de los ciudadanos circulen libremente.
Es decir, nos tienen de rehenes.
No sé cómo se arregla un gobierno que depende de gente como esa, ni sé si se puede, pero esa es la realidad de cada día: los gremios se van convirtiendo en una especie de empresa, dentro de la cual hay que escalar pisando cabezas y cuyo premio es el enriquecimiento de unos pocos, a costa de otros, tomando como rehén a los ciudadanos comunes.
Mientras, las versiones sobre los turbios asuntos de lavado de dinero, no se pueden aclarar, porque hay grandes intereses encargados de que no se aclaren.
Y además de intereses, prudencia por parte del oficialismo, lo que menos quiere el gobierno en el año electoral es tener problemas de esta magnitud.
El juez Oyarbide, mientras, aplaza las peticiones del gobierno suizo, colocando palos en la rueda, pide precisiones, que es un término impreciso, y demora la contestación al gobierno suizo.
Levante la mano el que vea en las amenazas de paro de Moyano, una clara coacción al gobierno de no revolver mucho que va a saltar algo inesperado, o esperado, quién sabe.
La presidenta está acorralada, los gremios ya anunciaron el pedido del 25 %, por lo menos de aumentos salariales, o qué.
Ya sabemos lo que significa ese o qué.
Sumado al ruido que meten los diarios que están en contra del oficialismo, se alcanza a sentir la densidad enrarecida del ambiente político.
Es una pena, Cristina Kirchner, ha demostrado ser una estadista sensata, preparada, y capaz de sostenerse sola en el poder.
Creo que los argentinos nos merecemos continuar con un modelo que tiene sus desperfectos, pero que nos ha colocado en un estado de derecho y en un camino de encontrar alguna estabilidad en lo laboral, en los desarrollos posibles para nuestro país, sin estar mirándonos en el espejo del país del Norte, como si fuera posible que por nombrarnos Primer mundo, nos pudiéramos convertir de la noche a la mañana en un país desarrollado.
Por mi parte, le deseo suerte a la presidenta y desde ya que cuenta con mi apoyo, para lo que sirva.
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